El espacio “Cerro Grande” al sur del ejido de Cuautla, asentado en una extensión de tres mil 600 metros cuadrados, se ha convertido en referente en la recuperación de la masa arbórea.
El biólogo Francisco García Campos, compartió que luego de que en el año 2000 solo tenía seis árboles, hoy se contabilizan 400, y rememoró que en ese año heredó el terreno, en donde se tenían especies de ficus y laurel; a la fecha cuentan con al menos 20 especies distintas.
Hoy los árboles son acompañados por diversas especies animales y el beneficio de que, cuando en las inmediaciones la temperatura es de 40 grados celsius, en la zona arbolada es de hasta cinco grados menor.
“Así como se ha recuperado la cubierta arbórea, de manera paralela se ha recuperado la fauna nativa, hay una gran diversidad de aves, han venido compañeros a hacer inventarios. Hay conejos tlacuaches, hay serpientes, en fin, cuando se generan condiciones adecuadas a un espacio físico, la naturaleza por sí mismo hace su trabajo”.
Francisco García Campos / Ejidatario de Cuautla
Satisfecho por el logro, García Campos aseguró que está dispuesto a apoyar a las personas que pretendan replicar esta acción, para revertir el derrotero destructivo que ha tomado el planeta por el calentamiento global.