El tráfico ilícito, dirigido por organizaciones criminales, ha ocasionado una devastación en el Mar Piccolo, agotando su rica vida marina, incluyendo pepinos de mar y caballitos de mar, que reportan millones de euros en el mercado asiático, donde se utilizan en platos gourmet y la fabricación de productos cosméticos.
El Mar Piccolo, una laguna costera de 20 kilómetros cuadrados que se conecta con el mar a través de un canal que atraviesa el centro de Taranto, Italia, es el hábitat de los caballitos de mar.
“El Mar Piccolo es un verdadero tesoro de biodiversidad; de ahí que haya sido designado como Parque Natural Regional por la Región de Apulia en 2020. Abarca numerosas especies importantes tanto en términos de fauna como de flora”, afirma Marco Dadamo, director de la Reserva Natural.
Desde 2016, investigadores de la Universidad de Bari han observado una preocupante disminución en la población de caballitos de mar. En respuesta, han implementado estrategias de repoblación y la creación de colonias artificiales en el lecho marino del Mar Piccolo.
No obstante, algunas voces críticas cuestionan la magnitud del problema. La raíz del asunto parece residir en la falta de iniciativas para la recuperación del Mar Piccolo, que ha estado contaminado por décadas debido a la actividad de la planta siderúrgica y el Arsenal de la Marina en la región.
