El suroeste de Colombia fue escenario de dos ataques con explosivos el viernes, que cobraron la vida del soldado Pedro Rojas Fonseca y dejaron más de diez heridos, entre ellos dos uniformados. Las autoridades atribuyen estos hechos a las disidencias de las extintas FARC, específicamente a la estructura residual Carlos Patiño. En El Plateado, una motocicleta cargada de explosivos explotó en el parque principal, justo antes de un evento gubernamental dirigido a la comunidad.
El soldado Carlos Rangel Pérez, herido de gravedad, fue trasladado vía aérea para recibir atención médica. A pesar del ataque, el Ejército decidió mantener el evento con un refuerzo en seguridad. En un segundo atentado, un explosivo en Jamundí hirió a 15 personas, incluido un policía.
Las autoridades creen que estos ataques podrían ser represalias tras recientes incautaciones de insumos para la producción de cocaína en la zona. El ministro de Defensa, Iván Velásquez, condenó los actos de violencia y afirmó que solo fortalecen la determinación del Gobierno para seguir adelante con su despliegue y actividades en la región.