Este viernes, China anunció un paquete de deuda de 10 billones de yuanes (equivalente a 1.4 billones de dólares) con el fin de aliviar la carga financiera de los gobiernos locales y reforzar su economía debilitada. Esta medida llega en medio de la incertidumbre ante el posible retorno de Donald Trump a la presidencia de EE.UU., lo que podría traer nuevas presiones comerciales. A diferencia de estrategias de estímulo anteriores, esta vez el enfoque es corregir los balances de las administraciones municipales a largo plazo, en lugar de inyectar dinero directamente a la economía.
Se permitirá a los gobiernos locales ampliar su deuda en 6 billones de yuanes en los próximos tres años, con autorización para usar 4 billones adicionales en los próximos cinco años. El regreso de Trump, quien ha amenazado con aranceles del 60% a productos chinos, agrega tensión a las exportaciones y plantea un riesgo para los ingresos, el empleo y la inversión en China.