A medida que se aproxima el 1 de diciembre, Día Mundial del SIDA, la ONU advierte que aún es posible que el VIH deje de ser una amenaza para la salud pública a finales de esta década, pero para lograrlo, los gobiernos deben proteger los derechos de todas las personas que viven con el virus.
En su informe anual, ONUSIDA destaca que las violaciones a los derechos humanos son uno de los mayores obstáculos para erradicar la pandemia. “Proteger la salud de todos implica proteger los derechos de todos”, afirmó Winnie Byanyima, directora de ONUSIDA.
Datos clave:
39.9 millones de personas viven con VIH en 2023.
1.3 millones contrajeron el virus ese año.
9.3 millones de personas no tienen acceso a tratamiento antirretroviral.
Además, grupos vulnerables como las mujeres, niñas y personas LGBTIQ siguen enfrentando barreras para acceder a la atención que necesitan. En más de 60 países, las relaciones entre personas del mismo sexo siguen siendo penalizadas, lo que agrava la situación.
El acceso a innovadores tratamientos de acción prolongada que solo requieren inyecciones dos veces al año podría revolucionar la lucha contra el VIH, pero aún falta asegurar que todos puedan acceder a estas opciones.