Con la temporada decembrina, las calles y hogares se llenan de color y alegría. Uno de los elementos de las fiestas navideñas es la tradicional piñata con la forma de una estrella de siete puntas que, según la costumbre, representan cada uno de los siete pecados capitales, los brillantes colores simbolizan la tentación. Golpear la piñata hasta romperla simboliza la lucha contra el mal, y los dulces y frutas, representan los bienes obtenidos al preferir el bien por encima del mal.
Las piñatas tienen su origen en la cultura China. En México fue en Acolman, poblado del Estado de México, donde se elaboraron las primeras piñatas navideñas hace más de 400 años.
Para conocer sobre el proceso de estas piezas artísticas, platicamos con Juan Ignacio Vázquez Nava, originario de Cuernavaca, quien desde hace 50 años, junto con su esposa, elaboran estás clásicas piñatas de estrella en su local ubicado en Apolo XI número 702 colonia Lomas de la Selva.
Con el paso del tiempo los materiales han presentado algunas variables. Antes las piñatas se hacían con ollas de barro o arcilla, la cual al romperse no genera daños a los participantes.
Juan Ignacio es padre de cuatro hijos y abuelo de cinco nietos, celebró que la familia completa se dedica a la fabricación de estas mágicas figuras
Nos contó que para ofrecer un producto de calidad es importante respetar el secado de cada pieza, por este proceso pueden tardar hasta cinco días en terminar una sola pieza.
Los precios van desde 60 pesos hasta 400 pesos, todo depende del diseño que se elija. No cabe duda que romper la piñata en una de las tradiciones más divertidas y marcadas del país, es por eso que no deben de faltar en las celebraciones navideñas.
