Paul Alexander, un residente de Texas que enfrentó la adversidad de vivir más de siete décadas con un pulmón de acero, falleció a los 78 años en un hospital de Dallas. Contrajo polio en su infancia, lo que resultó en una parálisis que afectó su cuerpo desde el cuello hacia abajo. A pesar de sus desafíos físicos, demostró una determinación inspiradora que lo llevó a superar todas las expectativas de vida.
Desde los 6 años, Alexander dependió de un pulmón de acero, un dispositivo cilíndrico que mantuvo su respiración al generar presión en una cámara. A pesar de sus limitaciones físicas, siempre mantuvo una actitud positiva hacia la vida, declarando: “La vida tiene cosas buenas”.
Además de su longevidad notable, la vida de Paul fue rica en logros personales e intelectuales. Se graduó en Derecho y ejerció como abogado durante tres décadas, desafiando las limitaciones físicas impuestas por su enfermedad. También escribió una autobiografía utilizando un teclado y un palo, una muestra de su extraordinaria determinación y creatividad.
Paul Alexander recibió reconocimiento mundial por su notable hazaña, siendo incluido en el Libro Guinness de los Récords como la persona que vivió más tiempo con un pulmón de acero.