El parlamento de Israel ha prohibido las actividades de la agencia de la ONU para refugiados en su territorio y Jerusalén, poniendo en grave riesgo la asistencia a la población de Gaza, donde más de un millón de personas se encuentran sitiadas sin acceso a suministros médicos ni alimentos en el norte del enclave costero.
Con 92 votos a favor y 10 en contra, el parlamento aprobó la medida tras un acalorado debate. La mayoría de los opositores fueron parlamentarios de partidos árabes. Más tarde, el legislativo también votó a favor de una segunda ley que pone fin a las relaciones diplomáticas con la ONU, marcando una nueva fase de tensiones. Esta legislación también prohíbe los vínculos entre funcionarios israelíes y la agencia, además despoja a su personal de la inmunidad jurídica.