El sábado pasado, falleció Armita Garavand, una joven de 16 años, después de pasar 28 días en coma tras un presunto altercado con las autoridades en el metro de Teherán por no llevar el velo islámico. Las autoridades iraníes sostienen que Garavand se golpeó la cabeza debido a una bajada de tensión en el metro de la capital. Sin embargo, grupos de derechos humanos han denunciado que fue agredida por no cumplir con la obligación de llevar el velo islámico.
Medios locales informaron que el daño cerebral provocó que la joven entrara en coma y finalmente falleciera. Según la agencia estatal, Garavand recibió tratamiento médico extensivo durante sus 28 días de hospitalización en una unidad de cuidados especiales.
Las imágenes de seguridad difundidas muestran a Garavand y dos amigas entrando en uno de los vagones del metro de Teherán. En el video, se ve a dos de ellas saliendo del vagón cargando a la tercera. Las autoridades han utilizado este video para argumentar que no hubo agresión. Sin embargo, Amnistía Internacional afirmó que el video fue manipulado mediante la aceleración de fotogramas.
Este caso guarda similitudes con el de Mahsa Amini, quien falleció hace un poco más de un año después de ser detenida por la llamada policía de la moral por no llevar correctamente puesto el velo islámico. Las autoridades atribuyeron su muerte a causas naturales.
En los últimos meses, el Gobierno iraní ha intensificado sus esfuerzos para reimponer el uso del velo islámico, implementando patrullas en las calles, negando servicios y aprobando una ley que endurece las penas por no cubrirse el cabello.
