El pasado mes de mayo, en Nueva York, se llevó a cabo un hito médico: el primer trasplante de un globo ocular completo en la historia. Sin embargo, la confirmación de la “dinámica positiva” del caso ha llegado recientemente por parte de los cirujanos involucrados. La compleja operación, que duró alrededor de 21 horas y contó con la participación de más de 140 profesionales de la salud, fue realizada en Aaron James, un exmilitar de 46 años que sufrió un grave traumatismo facial en un accidente laboral, perdiendo su ojo izquierdo.
A pesar de haberse sometido a varias operaciones reconstructivas, Aaron perdió significativas partes de su rostro, incluyendo el ojo izquierdo, el brazo izquierdo por encima del codo, toda la nariz, los labios, los dientes frontales, la mejilla izquierda y parte de la barbilla hasta el hueso. Durante la intervención, los cirujanos llevaron a cabo tanto la reconstrucción facial como el trasplante del globo ocular simultáneamente. Para este proceso, se utilizaron células madre del propio paciente, extraídas de su médula ósea.
Aunque la intervención tuvo éxito parcial al mantener el funcionamiento adecuado del riego sanguíneo y los nervios críticos, el paciente aún no ha recuperado la visión. No obstante, no se descarta la posibilidad de que esto ocurra en el futuro. Aaron James espera que su operación abra camino a más avances en el campo de la transplantología.