La crítica situación en Gaza ha llevado a un crítico desbordamiento de los hospitales de la región, que enfrentan una inminente pérdida total de suministros esenciales, incluyendo alimentos, medicamentos, agua y electricidad. La capacidad de atención médica se ha visto gravemente comprometida, y los centros de salud se encuentran abrumados por la creciente afluencia de personas que buscan refugio en medio del conflicto.
El personal médico también paga un alto precio, con algunos huyendo de la zona y otros perdiendo la vida en el cumplimiento de su deber. Testigos en el terreno advierten sobre la amenaza de un desastre inminente, a menos que se establezca un corredor humanitario para reabastecer a los hospitales y permitir la evacuación de heridos, y a menos que cese la constante acometida de bombardeos.
Adicionalmente, la situación se agrava por la falta de capacidad en las morgues, la dificultad de acceso de ambulancias a las zonas afectadas y la limitación de camas para atender a pacientes en estado crítico. Incluso las ambulancias se han convertido en objetivos de ataques.
Las estadísticas más recientes informan de 2,750 personas fallecidas y cerca de 10,000 heridas en Gaza desde el inicio de la escalada el 7 de octubre, según datos del Ministerio de Sanidad palestino. Tan solo en el día de ayer, los bombardeos israelíes se cobraron la vida de 50 personas. Las autoridades locales estiman que alrededor de 1,000 personas podrían estar atrapadas bajo los escombros como resultado de los bombardeos de los últimos días.