Texas ha puesto a disposición del gobierno entrante del presidente electo Donald Trump una propiedad rural de mil 400 acres (566 hectáreas) en el condado de Starr, en el Valle del Río Grande, para apoyar posibles deportaciones masivas. La comisionada de Tierras de Texas, Dawn Buckingham, autorizó la oferta en una carta enviada el jueves a Trump.
La medida refleja la postura de Texas a favor de endurecer las políticas fronterizas, en contraste con otras localidades como Los Ángeles, que esta semana se declaró jurisdicción “santuario” para limitar la cooperación con las autoridades migratorias federales.
Texas ha implementado barreras de alambre de púas y leyes que permiten arrestos de migrantes por cruces ilegales.
Un tramo de 2.4 km de muro fronterizo fue construido en 2021 en la misma propiedad ahora ofrecida, la cual fue adquirida recientemente por el estado.
Con más de 11 millones de personas viviendo sin documentos en EE. UU., se desconoce cómo serán identificados y detenidos los migrantes. Trump ha anunciado que las deportaciones masivas comenzarán desde el primer día de su mandato, vinculando la inmigración irregular con problemas como el tráfico de drogas y la inflación.