Este miércoles a las 4:09 horas (hora local en Líbano), entró en vigor un alto el fuego entre Israel y Hezbollah, con la esperanza de poner fin a más de un año de intensos enfrentamientos en el sur de Líbano y el norte de Israel. La tregua, mediada por Estados Unidos, se da en el marco de la guerra relacionada con la franja de Gaza, que ha dejado miles de muertos y desplazados en ambos países.
El acuerdo implica una pausa inicial de dos meses en los combates y exige la retirada de las tropas israelíes, así como el desarme de Hezbollah en el sur de Líbano. Mientras tanto, soldados libaneses y cascos azules de la ONU se desplegarán en la región para supervisar el cumplimiento del acuerdo.
Aunque Israel ha aprobado el acuerdo, con algunas reservas sobre su implementación, Hezbollah aún está revisando la propuesta final. Las tensiones persisten sobre si Israel podrá atacar a Hezbollah en caso de violaciones del acuerdo.
La tregua se produce después de ataques intensos, incluidos bombardeos israelíes sobre Beirut, que causaron al menos 24 muertes. Además, la situación ha generado inquietud en Gaza, donde los palestinos temen que Israel se enfoque únicamente en el conflicto con Hezbollah, mientras continúa su ofensiva en la franja.
El alto el fuego es un paso hacia la estabilidad en la región, aunque el futuro de la paz sigue siendo incierto.
