El expresidente boliviano Evo Morales (2006-2019) denunció ante la CIDH un intento de asesinato presuntamente ejecutado por “agentes del Estado”. El incidente, que dejó herido a su chofer, ocurrió en Cochabamba, donde el vehículo de Morales recibió 14 disparos. Morales aseguró: “Esto estaba planificado, era para matarme”.
El presidente de Bolivia, Luis Arce, afirmó que ha ordenado una investigación “minuciosa” para esclarecer el hecho y condenó cualquier acto de violencia política. Países como Colombia, Venezuela, Cuba y Honduras manifestaron su solidaridad con Morales. El presidente colombiano, Gustavo Petro, expresó: “Toda mi solidaridad a Evo, el fascismo asciende en toda América Latina”.