La Iglesia católica de México y Guatemala llevó a cabo la vigésima séptima posada migrante en la frontera entre ambos países, con el objetivo de brindar esperanza a las personas migrantes y exigir a los gobiernos políticas más humanas y solidarias para quienes están en movilidad.
Migrantes indocumentados y feligreses cruzaron juntos el río Suchiate, límite natural entre México y Guatemala, a bordo de balsas decoradas con banderas de países como Estados Unidos, México, Guatemala, Colombia, Cuba y Panamá.
En el lado mexicano del río, los migrantes simbolizaron la tradicional “petición de posada” ante los feligreses, quienes les dieron una bienvenida simbólica “abriendo las puertas de México”.
La celebración incluyó una peregrinación hacia la parroquia local, donde se entonaron villancicos, se ofició una misa y, al concluir, se ofreció un modesto refrigerio compuesto por tortas, agua de horchata y dulces para los niños.
El obispo Bernabé de Jesús Sagastume Lemus, de la diócesis de San Marcos en Guatemala, destacó que este acto busca brindar acompañamiento y esperanza a los migrantes.
En un comunicado, la Iglesia denunció la grave situación de vulnerabilidad que enfrentan los migrantes, particularmente en Chiapas.