La noche del 25 de noviembre, minutos antes de las 10, la nieve comenzó a caer sobre Pekín, cubriendo la capital china con un manto blanco en medio de una temperatura de -1 °C. Esta es la primera nevada nocturna registrada en la temporada, pues las precipitaciones suelen ocurrir en la madrugada.
Desde días previos, el frío ya daba señales con temperaturas bajo cero y escarcha en las aceras. Las autoridades habían emitido una alerta azul por ola de frío (la de menor gravedad en el sistema meteorológico chino), anunciando un descenso repentino de temperatura.
Para enfrentar la acumulación de nieve y hielo, Pekín dispone de un equipo de más de 35 mil trabajadores, 5 mil 121 vehículos de limpieza y 4 mil 600 máquinas de remoción de nieve. Además, una alerta amarilla había sido emitida a nivel nacional para advertir sobre tormentas de nieve que afectarían principalmente al noreste del país.
El invierno, que oficialmente comenzó el 22 de noviembre con el inicio solar Pequeña Nevada, ya promete ser intenso. En 2023, Pekín experimentó la ola de frío más prolongada desde 1951, con más de 300 horas consecutivas bajo cero, y este año no parece quedarse atrás.
