Rafael Nadal, uno de los más grandes tenistas de todos los tiempos, puso fin a su histórica carrera profesional en Málaga, tras la derrota de España ante los Países Bajos en la Copa Davis. A sus 38 años, el manacorí se despide del tenis dejando una huella imborrable que lo coloca, sin duda, en el debate sobre el mejor jugador de la historia.
Con 22 títulos de Grand Slam, entre ellos un récord impresionante de 14 Roland Garros, Nadal cierra un capítulo brillante en el que dominó la cancha durante más de dos décadas. Solo Novak Djokovic ha logrado más títulos de Grand Slam que el español, quien también ha cosechado 36 Masters 1000, dentro de un total de 92 trofeos ATP en su palmarés.
El legado de Nadal va más allá de los números. Su disciplina, esfuerzo y capacidad de superación lo convirtieron en un modelo a seguir tanto dentro como fuera de las canchas. Además, su éxito con la selección española en la Copa Davis, con 5 títulos obtenidos, y su oro olímpico en Pekín 2008 y Río 2016 en dobles, reflejan su versatilidad y su entrega al deporte.
Nadal también estableció récords impresionantes, como sus 25 victorias consecutivas en los tres Grand Slams más importantes (Roland Garros, Wimbledon y US Open) y su racha de 81 victorias consecutivas en tierra batida, que lo convierten en un auténtico titán del tenis.
Los premios no han dejado de llegar a lo largo de su carrera: dos Laureus como Mejor Deportista, un Príncipe de Asturias de los Deportes y múltiples títulos en los cuatro grandes torneos de Grand Slam.
La carrera de Nadal, llena de momentos épicos, no solo será recordada por sus victorias, sino también por su excepcional espíritu de lucha y su dedicación inquebrantable, que lo han establecido como una leyenda viviente del tenis.