El nombramiento de Tom Homan como zar fronterizo por parte del presidente electo, Donald Trump, ha encendido alarmas en diversos sectores económicos.
Las deportaciones masivas propuestas por Trump no solo impactarían a millones de familias, sino también a la economía estadounidense. De acuerdo al American Immigration Council, estas medidas podrían reducir el PIB de EE.UU. entre 1 y 2 billones de dólares, además de incrementar los precios de alimentos, provocar escasez en la construcción y generar el cierre de hasta la mitad de los restaurantes del país.
La Cámara de Comercio de EE.UU. ha advertido que el país enfrenta un déficit laboral severo, con 8 millones de vacantes y solo 6.8 millones de desempleados. Deportar a los trabajadores indocumentados podría agravar la crisis en sectores como la agricultura, construcción y cuidado de personas mayores, donde los inmigrantes representan una parte vital de la fuerza laboral.
¿Cuál es el impacto en números?
Los inmigrantes, incluidos los no autorizados, contribuyen con 3.83 billones al PIB estadounidense. Los mexicanos indocumentados, aproximadamente 5.1 millones, representan el 3% del PIB de EE.UU.
Deportaciones masivas podrían aumentar los costos de alimentos, retrasar la construcción de viviendas y cerrar negocios dependientes de mano de obra inmigrante.
Empresarios y expertos han instado al nuevo gobierno a reconocer el valor de los inmigrantes en la economía.